Apenas unas milimétricas alas, producen la vibración suficiente para abolir mi sueño en el medio de la noche. Prefiero ejercitar mi paciencia que matarlo (pienso), pero me molesta demasiado el volar del mosquito cerca del oído. Podría compartirle mi sangre, tan sólo, él tendría que tomarla desde alguna parte poco sensible, no sé, mis pies quizá. Lo único que le pido, es que no me despierte tan sádicamente, pareciera que espera quince minutos, y luego, cuando estoy comenzando a soñar, irrumpe la embriaguez del sosiego, fastidiando sobre la oscura zona que rodea mi cabeza.
Es muy egoísta su actitud. No comprende que necesito descansar, tanto, como él alimentarse.
Oh mosquito, cuánto te envidio. Quisiera escribir un enjambre como vos, pero que sacudan con silencio, los ensordecedores zumbidos que arrullan durante el día.
2 Algo para decir??:
En su suicida intento por alimentarse deberíamos ver un mensaje fundamental. Un gran abrazo.
¡¡¡¡Siempre tan preciso Ignacio!!!!
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