Yo no soy Dios

“Yo no me caso con nadie.” Avioneta Revoludino

“Y yo tampoco soy quien vos te crees que yo soy, y no me creo que vos te creas que yo soy yo y vos sos vos, el que yo creo que vos crees que sos.” Avioneta Revoludino

¿El amor es una especie de fanatismo?

Todos me producen esperanza, algo de fe, un poco de confianza y mucho de razón, pero que habrá de cierto en torno a los convencimientos.

Uno nunca llega a conocer al otro, al menos no en su totalidad, y a partir de ahí las sorpresas que suelen devenir en desilusión o tal vez adoración.

La educación pública publica

Si la vida está pulverizada por las relaciones, la sociedad, la política ¿Por qué no aceptar la particularidad de la nuestra y practicarla sin demagogia, sin conscriptos? ¿Acaso es frágil la soledad del sabio?

¿La necesidad de trasmitir es sobre el espíritu crítico, la producción de herramientas interpretativas o sobre la transcripción de experiencias plausibles a la generalización?

Mi política es humildemente anarquista, en la medida de su autodestrucción natural y su flexibilización democrática, donde la realidad tripartita ciertamente se divide interdependizándose, generando tribunales poco serios, pero, de resultados dispuestos a su cotejo cotidiano y constante.

Mi corazón está divido en tres, mi mente y mi espíritu, también.

Telematizados

Hay un par de cadáveres frente a una pantalla, que se encienden cual pixel, amaneciendo sus días con el sonido y el brillo de un reflector mediático.

No sólo eso, sino que también se acuestan al candor de un susurro desesperado en el canal de noticias, documentales, películas o series.

Gente que gestiona información audiovisual al emprender y al terminar la jornada, como un rito de iniciación necesaria para su conexión y desconexión social.

Muchas personas que desde la cama lo hacen.

Esa ventana, ¿Les proporcionará vientos frescos? ¿Hay otras opciones más saludables?

Cultos mistéricos

Creer, como creo en la evolución, es probablemente el camino más directo al fracaso. Es unidireccionar lo distinto. Es la necesidad del orden sobre el caos. Y encima, también es reduccionismo subjetivo e inevitable.

Esos son los misterios de mi fe.

Vamo a Baila…

“Discúlpame un segundo, voy al baño y vuelvo.”(Y nunca más volvió…)

Adentro de un terrible boliche, donde la gente va a hacer poses, bailar y con suerte emborracharse, mi problema no es cómo encarar. Mi problema, nunca fue no animarme a encarar o no saber qué decir o tener miedo a ser rechazado. Puedo lidiar con esas instancias sin que las mismas disminuyan mis deseos.

Entonces, quizá la inquietud, esté en no querer perder la ilusión, digamos, la frugal mentira de la duda, que en realidad, es más una certeza solapada, que goza de probabilidades remotas debajo del temor a ser descubierta.

Pero esa ilusión tampoco representa una dificultad paralizante, debido a que no es una amenaza, al contrario, es siempre una esperanza.

Lo que si puede considerarse una daga directa al autoestima, es el triste desengaño en la diferencia sostenida. Es decir, una imposibilidad de comunicación, una incompatibilidad tal de caracteres que reduzca un primer encuentro con otra persona, a frases absurdas e hipócritas, cargadas de insuficiencia expresiva, miradas sentenciosas y prejuicios extremos con riesgo de chaparrones y piedras.

Una mierda, digamos…

Darme cuenta por oposición que yo puedo resultarle a otro tan imbécil como ese otro a mí, me ayuda a replantear:

¿Qué nos pasa a los argentinos y argentinas?

¿Estamos todos locos?

Gracias a Dios, que también es argentino, hay en el trago, un refugio, cuyo ingreso se produce por la cueva de un hielo evasor, que nos dirige hacia el fondo de la billetera y el vaso, donde encontraremos la siempre muy elegante salida de emergencia, por la que cualquier caballero, queda excluido de juicios en su contra.

Salir por la puerta grande, en estos casos, tiene la luz del perdón, en la lástima de los testigos. Los escoltas más grandotes, y la triunfal frase: Señor, retírese por favor. (Mientras te doblan el brazo y un policía amenaza con meterte preso si no te rescatás.)

“Como se me van las manos, cuando te acercas a mí, como dos cazadores te quieren perseguir. Se me van… se me van las manos. Se me van las manos mi reina, se me van…” Sandro

Maestros

“El sabio comienza por hacer lo que quiere enseñar, y después enseña.” Confucio

“El profesor mediocre, dice. El buen profesor, explica. El profesor superior, demuestra. El gran profesor, inspira.” William Arthur Ward

Nos pusimos a hacer el trabajo, y me sorprendió que mi amigo no tuviera hecho ya la primer parte del mismo. Cuando le consulte sobre el porqué de dicha falta, argumentó: “ninguna profesora maneja mis tiempos, yo soy el dueño de mi propia vida.”

Al principio me pareció muy estimulante su respuesta, hasta la compartí. Después, recordé que él se había manifestado, en otras oportunidades, en contra del estilo que tenía la profesora para dar los contenidos. Entonces pensé, claro que la profesora está influyendo sobre sus decisiones, negativa o positivamente, es otra cuestión.

Supongo que la mayoría de nuestras acciones, en realidad, supongo que todas nuestras acciones están directamente afectadas por otra persona. Hasta las que provienen desde lo más recóndito de nuestro corazón, esas que parecen tan personales, singulares, reflexivas o instintivas.

Es más, hasta nuestro corazón proviene de otras personas.

“El que pueda hacer, haga.

El que no pueda hacer, enseñe.” B. Shaw