Cuatro por cuatro: Pueblo Manso

Haga Patria: Mate a un ...ista (un día de furia)

Habiéndose retrasado dos veces la fecha establecida, hoy, me tocaba cobrar la plata por haber sido censista. En la cola éramos 40 personas (más los bebes y los niños), pero nos atendía una sola cajera que tardaba 10 minutos por cada uno. El calor y la humedad eran insoportables en Santa Fe. Estuve desde las 9 de la mañana hasta las 12, esperando mi turno al rayo del sol, afuera de una sucursal del Correo Argentino. Como a las 11 de la mañana todos en la cola criticábamos al sistema. No tardaron en llegar las broncas contra el gobierno nacional. En eso, aparece un personaje patotero, diciendo:

- Porque no se callan la boca, manga de ignorantes, ¿Qué saben uds?, la culpa de todo esto viene de la mafia de Duhalde, asique cállense la boca, yo tengo 3 títulos universitarios, y sé lo que les digo, dejen de hablar estupideces y cállense. La presidenta que tenemos es un lujo.

Y siguió profiriendo insultos a los presentes. Una docente que estaba al lado mío, se indignó contra dicho individuo y armó un escándalo.

De pronto, el soberbio y ridículo, digno representante de sus ideales, dice:

- Mire señora, yo escucho a un flaco como ese (refiriéndose a mi) decir tantas pavadas juntas, y reacciono mal, porque no saben nada y dicen idioteces.

Lo miré como para devorármelo. Por suerte, un rayo de confianza, inundó mi cráneo de paz y tranquilidad. Muy serena, clara y terminantemente, le dije:

- Si me volvés a faltar el respeto, te rompo la cabeza.

El tipo se quedó helado, y por primera vez se percató de que mis dimensiones físicas superaban ampliamente a las de su cuerpo. Tartamudeo, y antes de que pudiera formar otra palabra, le repetí:

- Yo no tengo nada que discutir con vos, no te dirijas hacia mí, por favor, o vamos a terminar muy mal.

Sin perder la calma, me di media vuelta y en completo silencio, alineándome con la respiración, me dispuse a sonreír. Mientras, el resto seguía insultándose. En eso, un pretensioso autodefinido, me toca la espalda y me dice:

- Discúlpame flaco, yo soy comunista, asique no estoy acá defendiendo a nadie. Pero vos sos muy agresivo, y estás mezclando todo y no tenés ni idea de lo que estás hablando. Vos te quejás por hacer una cola de dos horas, pero no pensás en que hay gente que se muere de hambre en las villas. Si no te gusta el gobierno nacional, no hubieras hecho el censo. La presidenta que tenemos, es la mejor en muchos años. No entendés que la crisis es mundial, hoy Estados Unidos está peor que nosotros. Allá hay más pobreza y más inseguridad y menos derechos humanos que acá. Te lo digo yo, que estudio comunicación social.

Pensé: a éste me lo mandó Gandhi, para ver hasta donde puedo aplicar la no violencia. Sin responderle, entendí que habían logrado su cometido. Miré al frente y sonreí, porque al final, los métodos de confrontación, siempre desvían la discusión de su eje y hacen que lo importante se pierda, desatando violencia, resentimientos y necedad.

__________________________________________________________

Los políticos no hacen colas ni trámites ni caen presos

Cuando me atendió la cajera, me explicó que toda la demora se debía a que por cada persona, ella tenía que tardar varios minutos al conectarse vía modem telefónico con el INDEC, ya que las sucursales del interior no contaban con banda ancha. Si no, todo seria en un santiamén. Se escudó diciendo que ella reclamaba todos los días, pero que jamás le daban respuestas a los de Santa Fe.

Cuando el Gobierno Nacional adquirió el Correo Argentino, hizo un negociado atroz (otro de los tantos)(Rescindiendo un contrato millonario, haciéndose cargo de deudas que pagamos todos), y continuó brindándoles un servicio nefasto a los usuarios. Pero, el GRUPO MACRI, salió ganando entre otras cosas, porque se quedó con la concesión de un “pago fácil” por sucursal, que encima, es atendido por empleados del Estado.

“Presidenta de Lujo…” mmm Lujosa, diría yo, o hay otra palabra para el enriquecimiento ilícito que no sea: CORRUPCIÓN. (No sé, habría que consultarlo a Oyarbide.)

Shaolin

Una vez tuve la oportunidad de oír la clase de un maestro en artes marciales. Nos explicó como quitarle un cuchillo a alguien que quisiera asaltarnos. Obviamente, lo primero que nos dijo, fue:

- Si alguien los amenaza con un arma, uds. entreguen todo lo que tienen, nada vale más que su integridad física.

Luego, nos contó, que en Bs As, un chico de quince años, intentó asaltarlo con una navaja. Al principio, pensó en darle el dinero sin ofrecer resistencia. Pero después, entendió que era necesario que él le quitara esa navaja, para enseñarle que eso no se debía hacer. Entonces, provocó un mal menor, para evitar males mayores.

Tomó al joven de la muñeca, lo redujo doblándole el brazo en el piso, le quitó la navaja, lo inmovilizó con algunas tomas, y le pidió que nunca más robara.

Antes de irse, el Sensei, le dejó cinco pesos al dolorido muchacho.

Bronca porque roba el asaltante, pero también roba el comerciante

Cuando cobré mis 250 pesos, me crucé a la librería de en frente, porque necesitaba para terminar un cuadro, un potecito de acrílico negro.

El empleado se demoró un rato buscando. Luego, me trajo uno que era gris de payne, por lo que le dije:

- Pero ese no es negro, no me sirve.

- Si es negro. Mirá.

- Ahí dice Gris de Payne, parece negro, pero no es negro.

- Pero fijate, es negro.

- Yo conozco ese color, parece negro, pero sobre el lienzo, es gris.

- Pero mirá lo oscuro que es.

- Es casi negro, pero no es negro, y yo busco negro.

- Pero, ¿Estás seguro vos, que no es igual que el negro?